La lucha contra la violencia que viven cotidianamente las mujeres ha tenido mayor visibilidad a través de las luchas feministas. Son ellas las que han exigido que se adopten medidas de atención, prevención, investigación, sanción y erradicación de la violencia feminicida. Mirar con ojos de mujer requiere tomar conciencia del daño que se hace a toda la sociedad cuando ocurren este tipo de muertes violentas. Cada día amanecemos en Morelos con la noticia de otro caso de feminicidio, aunque no lo reporten así los medios de comunicación, ni los investigue como tales la Fiscalía. El artículo 325 del Código Penal Federal establece que: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género” en alguna de las siguientes circunstancias: la víctima presente signos de violencia de cualquier tipo; se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes previas o posteriores a la privación de la vida; existan antecedentes de cualquier tipo de violencia familiar, laboral o escolar; haya existido una relación sentimental, afectiva o de confianza; existencia de amenazas; incomunicación; que el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.
La inmensa mayoría de éstos casos no se investigan como feminicidios. Basta comparar las cifras oficiales con las reales. Por esta razón, el Protocolo de investigación de la Fiscalía establece que todas las muertes violentas de mujeres por motivos criminales, suicidios o accidentes, deben analizarse con perspectiva de género y confirmar o descartar el motivo de esta. La sentencia de la SCJN sobre el caso de Mariana Lima establece lo siguiente: identificar las conductas que causaron la muerte de la mujer; verificar las razones de género que originan estas muertes; preservar evidencias específicas para determinar si hubo violencia sexual;hacer las periciales pertinentes para determinar si la víctima estaba inmersa en un contexto de violencia.
En éstas semanas han ocurrido hasta 9 muertes de mujeres dentro del CEFERESO de Coatlán del Río, y en lugar de aplicar lo anteriormente señalado, se dan como si ellas mismas se hubiesen privado de la vida. Los casos recientes de cuerpos encontrados en vías públicas revictimizan en lugar de aplicar el protocolo señalado. No solamente los casos más relevantes públicamente deben ser motivo de atención, sino de todos y cada uno de los casos que ocurren en Morelos y que muchas ocasiones quedan en el anonimato.
Este 25 de noviembre elevamos nuestras voces para exigir una vida libre de violencia para las mujeres. En homenaje a las hermanas Mirabal que fueron asesinadas por la dictadura militar de Trujillo en República Dominicana, que dio origen a la conmemoración de esta fecha en todo el mundo, a propuesta del movimiento feminista y posteriormente asumido por la ONU.
La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas del mundo. Se calcula que, a nivel global, 736 millones de mujeres, casi una de cada tres, han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida. Se trata de una crisis que se ha intensificado en diferentes entornos, incluidos el lugar de trabajo y los espacios en línea, y se ha visto agravada en los últimos años.
La solución radica en gran parte en respuestas sólidas que inviertan en la prevención. Sin embargo, resulta alarmante la escasa cantidad de recursos económicos que los países están destinando. Tan solo un 5% de la ayuda gubernamental mundial va destinada a la violencia de género y se invierte menos del 0,2% en su prevención.
Cada día en México 11 mujeres son víctimas de la violencia feminicida y la impunidad de quienes cometen éstos crímenes y no son sometidos a la justicia, por lo que no se aplican las medidas de prevención, atención ni sanción que permitirían erradicar el feminicidio y garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, como lo establece la Alerta de Violencia de Género.
Como lo demostró la Comisión Independiente de Derechos Humanos en el informe a 8 años de la AVG en Morelos, el feminicidio sigue creciendo en Morelos, dando un total de 1360 feminicidios en casi 23 años (del año 2000 a julio de este año) y ya estamos en los más altos niveles históricos en la actualidad.
Los feminicidios se repiten cotidianamente por omisión de quienes no cumplen con la tarea de garantizar los Derechos Humanos de todas ellas. Es claro que los responsables directos de estos crímenes se sienten con las facultades para hacerlo porque existe una impunidad en la inmensa mayoría de los casos.
Crece la violencia feminicida en todo México, en medio de un clima de inseguridad que termina privando de la vida a miles de personas y generando temor entre la sociedad. Cuando ocurre un crimen es necesario condenar y exigir que haya investigación y sanción a los responsables para que haya justicia y reparación del daño a las víctimas, sin embargo, se requieren políticas públicas de atención, justicia y prevención que garanticen el acceso a una vida libre de violencia para las mujeres y para todas las personas, de tal manera que se pueda erradicar éste tipo de violencias que tanto daño hacen al conjunto de la sociedad.
Al contrario de quienes consideran que es mediante políticas autoritarias y represivas como se debe enfrentar a quienes cometen toda clase de crímenes, es necesario promover la participación consciente y organizada de la sociedad para que ejerza libremente todos sus derechos humanos, que tienen la dignidad como su base primordial.
Por todo lo anterior es más urgente que nunca que la sociedad mantenga en alto la exigencia de que el Estado garantice el acceso de las mujeres a una vida libre de violencia en Morelos.
*IR