El pasado viernes, conmemoramos en nuestro país el 213 aniversario del inicio del movimiento de independencia de nuestra nación. Como cada año, las principales calles de cada rincón de México e incluso los más importantes edificios del mundo se pintaron tricolor.
Y no es para menos, después de un periodo tan represivo como lo fue la colonia, hemos tardado siglos completos en consolidar una nación que se base en la garantía de los Derechos y las libertades individuales y colectivas.
Pero en pleno 2023, en medio de una clara crisis humanitaria carente de un libre ejercicio de nuestros derechos, bien valdría la pena cuestionarnos si aún vivimos en una nación independiente y libre.
Sí, es verdad que la soberanía nacional hasta ahora no ha sido violada, y que como estado nación somos autónomos en nuestras decisiones, sin embargo, en el ejercicio ciudadano tal parece que ni independientes, ni libres.
En esta nación a diario el guion de opinión debe ser marcado desde el pulpito matutino, aquí al igual que cualquier dictadura, no se habla de lo que el presidente no diga. Los mexicanos dependemos del humor con el que el presidente despierte, pues si el mandatario un día amanece molesto con los actos del pasado, entonces la ciudadanía completa deberá dividirse entre chairos y fifís y odiarse unos a otros; pero si por el contrario la ira y las rabietas de López tienen destinatario específico, entonces sus más cercanos y sus más fieles seguidores enfocarán todas sus energías en encontrar los más oscuros secretos del objetivo del presidente.
De independientes, solo tenemos el título, pues hasta los aspirantes a la silla presidencial han sido marcados por el mismísimo Mesías presidencial, si el presidente decide que su corcholata es la más cercana, entonces no habrá voto o decisión ciudadana que modifique esa decisión.
La libertad la perdimos hace varios años, incluso antes de la desastrosa pandemia por COVID, en este país ya no somos libres siquiera de salir a la calle y caminar con plenitud y tranquilidad, pues la seguridad es asunto que al actual gobierno ni le interesa ni se preocupa por resolver, para el gobierno existen asuntos de mayor importancia que resolver, como saber quienes son los amigos más fieles que puedan sucederlos en los próximos cambios.
¿Entonces que celebramos el 15 de septiembre? Sí, es verdad que la unión que se vive ese día es poco frecuente que se viva, pero de nada sirve un día sentirnos plenamente orgullosos de la tierra en la que nos tocó nacer, si pasada la celebración volvemos a una nación sumisa ante la delincuencia, corrupción y desigualdad.
FB. Xochitl Azpiazu
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