El bosque de agua, el gran reservorio de la zona centro del país, la cisterna natural más grande del centro del país, así como se conoce a la zona montañosa que prevalece entre los estados de México, Morelos y Ciudad de México.
Montículos de hermosa belleza y de grandes beneficios ambientales. Por eso, es importante tener presente que el agua que consumimos alrededor del 60 por ciento de los casi dos millones de personas que cohabitamos en este hermoso estado de Morelos se genera gracias a esta cordillera norte denominada Ajusco-Chichinautzin o el Cerro del Chichinautzin que prácticamente atraviesa la entidad de este a oeste, desde los límites con el Estado de México y hasta los límites con la Ciudad de México.
Es justo gracias a las zonas boscosas de las regiones altas de la entidad, que se generan escurrimientos que van a dar a los mantos freáticos ubicados en todo el valle. Principalmente en lo que queda del hoy del parque estatal El Texcal, reducido casi a una tercera parte de su territorio natural.
Lo peor de todo es que, justamente en donde se capta y brota el agua que nos permite subsistir en todo el territorio del general Zapata, es donde más carecen del vital líquido. Las áreas rocosas de los altos impiden que los vecinos de municipios como Huitzilac, Ocuituco, Tetela del Volcán o incluso Tepoztlán, puedan contar con suficiencia de agua, razón por la cual muchas veces son instaladas ollas de almacenamiento de aguas pluviales, porque son casi nulos los pozos de extracción que se pueden construir en esos lugares.
Sin embargo cuando se logra un pozo, éste es valorado más que el oro y es peleado en muchas ocasiones hasta con la vida. A lo largo de la historia de nuestra entidad hemos visto conflictos entre comunidades, por los que incluso lamentablemente se han causado homicidios. De hecho, persistió por algún tiempo un conflicto entre Tetela del Volcán y el nuevo municipio indígena de Hueyapan, por un manantial.
Justo en esa zona el agua es poca y la necesidad es enorme. Por lo que las autoridades estatales, municipales e incluso federales, tomaron como prioridad la resolución de esa confrontación por el agua.
También, de cuando en cuando resurgen conflictos en Huitzilac por el vital líquido, sobre todo entre autoridades comunales y vecinos habitantes o propietarios de viviendas en distintos fraccionamientos en la zona de Monte Casino.
Además, en años anteriores autoridades municipales intervenían, como cuando vecinos de los fraccionamientos de Huitzilac, denunciaron que, de forma ilegal y por demás dolosa, el anterior presidente municipal Ulises Pardo, emanado de la Coalición Juntos Haremos Historia, pero surgido de las filas del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), les quitó una toma de agua que abastece aproximadamente a cuatro mil personas.
La denuncia pública la hicieron pública en su momento, como medida de presión. Hoy, con Rafael Vargas, actual presidente, las cosas marchan con mayor cordialidad y con pleno respeto a los derechos humanos. Las cosas son totalmente distintas.
Sin embargo, la escasez del vital líquido sigue imperando en aquella zona alta. A título personal, siempre he creído que siendo que al menos unos 10 municipios los que aprovechamos el vital líquido que proviene de los veneros que se generan en la zona boscosa ya referida, sería importante que esos municipios contribuyan de algún modo a la recuperación, protección y preservación de los bosques, con una aportación en efectivo o en especie que, con la suma de recursos económicos, materiales y hasta humanos, de la Federación y el estado, pueda establecer una bolsa importante.
Todos queremos el agua, pero lamentablemente no todos estamos ocupados en la preservación de nuestros bosques, zonas naturales de recarga de los mantos freáticos.
Desde hace algunos meses, la Guardia Nacional y la Propia Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), han aumentado su presencia sobre todo en la zona de Huitzilac, pero basta solo un sobrevuelo por todo el Ajusco-chichinautzin, para corroborar la gran destrucción de sus bosques.
Es necesario que a la par de las acciones en materia de seguridad, se implementen jornadas de empleo temporal y desarrollo de proyectos productivos que permitan por un lado abatir la deforestación y al mismo tiempo reactivar la economía dar nuevas alternativas de desarrollo para los habitantes de Huitzilac.