El pasado día viernes 8 de septiembre, recorrimos la avenida Emiliano Zapata, del pueblo de Tlaltenango, al norte del centro de Cuernavaca. Un caminar visual llena de puestos y juegos mecánicos.
Encontré a mi paso, un cambio a la tradición. Recuerdo, desde niño me traían al Santuario para visitar a la Virgen de los Milagros; llega el mes de septiembre y familias, amigos, novios, compañeros de trabajo se daban un tiempo para reconocer una de las festividades más importantes para el municipio de Cuernavaca.
Una caminata que empezó desde la Pradera hasta la glorieta de Tlaltenango, en ambos carriles son parte de la feria.
Este 2023, se festejaron los 303 años de fe para la imagen de Nuestra Señora de los Milagros, se dice, es el santuario mariano más importante de la región. Durante estos días, llegan grandes peregrinaciones de distintas entidades.
Comparto, entre los puestos encontré artesanía elaborada con totomoxtle, conocido comúnmente como la cáscara u hoja que cubre la mazorca; tejido en palma; morrales hechos a mano de ixtle natural; canasta de mimbre; muñecas marías. Alfarería en barro (cazuelas, jarros, ollas), cerámica, juguetes elaborados con madera, molcajetes, quedé sorprendido, no hubo más artesanía.
Frutos de temporada; dulces típicos, cocoles de anís, con nuez, pasas y nata; gorditas de la villa. Los esquites, elotes hervidos. No encontré gastronomía, quizá un par de puestos de quesadillas y tacos dorados, los puestos eran más de pizza.
La economía local y regional se mezclaba con los olores, colores, sabores. Este año, no encontré algo sabroso; quizá fui muy temprano. Los olores a la barbacoa, a la comida corrida, no hubo.
Entrar al Santuario, encontrar la tradicional portada elaborada con flores naturales, los responsables de ello son de Iztapalapa y Tlaltenango. En el atrio, se observa el mural, representa a nuestro General Emiliano Zapata, su visita a la Virgen de los Milagrosos, un 8 de septiembre de 1914, pasó a regalar una corona de plata con incrustaciones de oro.
Los arreglos florales dan vida al interior del templo. Decidí formarme a la fila que conduce a subir a venerar a la Virgen, y tener la oportunidad de tocar el manto. Los feligreses esperamos todos ordenados el momento de estar cerca de la festejada. Escuche, algunos comentarios llenos de amor, agradecimiento, de sanación, la mayoría de los presentes, año con año visitan el santuario para agradecer los favores.
Ver familias completas, los abuelos, padres e hijos llegar, algunos con arreglos florales, veladoras.
Las Tandas Culturales "Baltazar López Bucio", actividades culturales, espacio para grupos folklóricos, músicos, bandas de viento, solistas, espacio de encuentro y reconocimiento. Los habitantes de Tlaltenango, conservan parte de su identidad