En el más reciente caso de justicia por mano propia registrado en la ciudad de Barranquilla, un taxista habría perseguido y tumbado a dos motorizados que, minutos antes, lo habrían robado.
El hurto, según informó El Tiempo, ocurrió sobre el mediodía del viernes 19 de agosto (2023) en una de las vías principales de la Puerta de Oro.
Fue así como, decidido a recobrar su dinero y demás pertenencias, inició una persecución en contra de la pareja de ladrones por la calle 30, rumbo al Aeropuerto Ernesto Cortissoz, en el sur de la ciudad.
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Una vez logró alcanzarlos, a la altura de un puente peatonal, los rodeó y golpeó con el lateral del taxi, provocando que se deslizaran y terminaran en el suelo.
Una escena que habría sido capturada en video por los pasajeros de otro vehículo que, para el momento en el que se dio el encuentro, utilizaban su teléfono para dejar un registro sobre la persecución del conductor de taxi a ambos motociclistas.
Se desconoce, sin embargo, qué ocurrió una vez logró atraparlos y si acaso interpuso una denuncia formal, luego de haber tomado justicia por mano propia. Una práctica cada vez más común no solo en las ciudades de la costa atlántica, sino del resto del país, a pesar de que, según el abogado Ricardo Burgos, la Ley colombiana solo permite a las víctimas atrapar a quien cometió el delito, pero no enjuiciarlos ni aplicar un castigo.
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La justicia por mano propia se ha convertido en un fenómeno recurrente en el país, por cuenta de las demoras en los procesos investigativos y la inacción de las autoridades; sin embargo, al no existir un juicio, ni una mediación pueden cometerse injusticias e, incluso, delitos.
El abogado penalista Ricardo Burgos fue enfático en el tema, durante una entrevista concedida al matutino de Arriba Bogotá: “Lo que permite la ley colombiana es capturar a la persona que presuntamente cometió un delito y llevarla ante las autoridades competentes. Nada de golpearlos hasta casi matarlos o quemar los vehículos en los cuales están transitando”.
“Aunque hacer un seguimiento a las cifras de linchamientos puede resultar complicado porque la policía rara vez hace un registro sistemático de estos hechos, algunas evidencias nos permiten ver un aumento de estos casos, tanto en Colombia, como en América Latina. Una de las representaciones más comunes, y a la vez más peligrosas de este fenómeno, es el acto del linchamiento, el cual ha llegado a dejar hasta 140 muertes en un año”, precisó Iván Javier Mojica Rozo, sobre esta práctica.
*MG