En los últimos años, se susurra en los pasillos de los tribunales y se habla en privado en los despachos jurídicos, un tema fuera del dominio público: el aumento preocupante en el número de abogados que son víctimas del crimen organizado.
Esto es un asunto que se trata en voz baja y solo entre los mismos profesionales del Derecho: el crimen organizado ve a los abogados ya no solo como una salvaguardia, sino también como una amenaza.
Las amenazas y ataques dirigidos hacia abogados suelen tener como objetivo obstaculizar su labor legal, evitar que defiendan casos relacionados con crímenes organizados o simplemente intimidarlos para que abandonen ciertos procedimientos legales.
Estos actos debilitan al sistema judicial y el estado de Derecho al dificultar el acceso a una defensa legal efectiva para las personas afectadas por acciones criminales perpetradas por grupos delictivos poderosos y socava cualquier posibilidad realista de justicia para las víctimas inocentes.
Los abogados no son una excepción en las actividades realizadas por el crimen organizado.
Han sido víctimas directas o indirectas pues representan a personas afectadas por actividades ilegales o ayudan a las autoridades con investigaciones relacionadas con la delincuencia organizada.
Aunque también, hay que decirlo, ha trascendido en la información de la Prensa nacional, que algunos abogados han estado involucrados en casos de actividades criminales. La forma más común de ataque contra los abogados es mediante amenazas e intimidación.
Los miembros del crimen organizado suelen enviar mensajes donde los amedrentan para disuadirlos de seguir trabajando en casos relacionados con ellos o sus aliados. Pero también, si defienden a miembros de grupos rivales.
El susurro en los pasillos donde se dirimen los casos, es que se han reportado varios asesinatos y desapariciones forzadas de abogados. Los motivos detrás de estos ataques varían y son blanco simplemente porque se interponen en el camino del crimen organizado al investigar sus actividades o presentar cargos legales.
Y entonces, a los abogados ¿qué…? pues, al igual que ocurre en el desempeño del Periodismo, uno de los principales problemas a los que se enfrentan estos profesionales de las leyes, es la falta adecuada de protección por parte del Estado.
Y aunque el número de casos es discreto y desactualizado, según información recabada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos CNDH, entre 2015 y 2020 se registraron más de 200 agresiones contra abogados y al menos diez asesinatos.
Recuérdese bien, estos datos aparte de estar desactualizados, son la versión oficial… falta sumar lo que no se denuncia y va en aumento de comentarios en los pasillos de los juzgados y los despachos.
El modus operandi del crimen organizado ha ido muy parecido al que han realizado con los periodistas, algunos grupos criminales utilizan las conocidas tácticas intimidatorias como el secuestro o asesinato selectivo con fines coercitivos, pero ahora se sabe, -aunque se trate de disimular-, va en desarrollo contra los abogados involucrados en juicios contra los malos.
Pocos casos son investigados adecuadamente y aún menos, llegan a ser resueltos judicialmente -aunque el tema de este artículo se enfoca a los abogados-, me sigue sonando muy familiar, a los asuntos que las autoridades que imparten justicia, tienen aún pendientes con la Prensa.
La impunidad, es uno los principales desafíos para enfrentar esta problemática.