La credibilidad de los partidos políticos en casi nula, la falta de trabajo y compromiso para con el pueblo a llevado en algunos casos al repudio popular, porque quienes los representan son personajes indeseables que no ocultan sus ambiciones y son corruptos hasta el copete y como ejemplo está un PRD en manos de Jesús Zambrano, Jesús Ortega o Graco Ramirez, probadas ratas de dos patas.
Y a pesar de la probada inutilidad de los partidos, para las elecciones del año que viene, tendrán más del 23 por ciento de incremento financieron para hacer de las suyas, porque la mayor parte del dinero se queda en manos de esos sujetos vividores del presupuesto que por décadas han vivido a costa de nosotros.
Por eso no dejaremos de reclamarle a los opositores el que impidieran la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador de reducirles financiamiento, de eliminar plurinominales, cuando era algo reclamado por años de parte de una mayoría social.
Cierto que AMLO ha cometido graves errores, sobre todo en el combate a la delincuencia, hay que decirlo pero lo de la reforma electoral y también al Poder judicial, era algo urgente, pero la oposición lo impidió, dándole la espalda al pueblo y ahora resulta que los partidos dispondrán de más lana, cuando ésta debería usarse para atender necesidades de comunidades marginadas.
Mientras esos cambios no prosperen, cual sanguijuelas, gavillas de rateros continuarán sangrando a la patria sin consideración alguna, porque sólo los mueve la ambición de seguir medrando de las arcas públicas sin tener que desarrollar esfuerzo alguno, y además, generando fortuna para sus familias.