¡No le teman a la rebeldía!
¡A decir lo que verdaderamente sienten!
¡Pero háganlo por el bien mayor, por el bien del estado!
Cuando este evento acabe, sepan que el trabajo apenas empieza. Tenemos que eliminar la equivocada idea de que se llega a la política para ganar dinero. Tenemos que suprimir gobiernos arrogantes, preocupados solo por lo que pasa dentro de las paredes de los Palacios de Gobierno. Tenemos que retribuir a la gente que tiene esperanza en nosotros.
Si algo no ha entendido el Poder, sobre los jóvenes, es que somos incontenibles, que seguimos luchando después de cada matanza, luego de cada acto de opresión y discriminación, porque en nuestro corazón está la fuerza que no se cansará de proponer y de luchar, que nuestras acciones les recordará las grietas de sus sistemas.
¡Y lo haremos hasta que la pasión abandone nuestros ojos, hasta que la vida abandone nuestro cuerpo!
Quiero antes que nada, reconocer a todas y todos los jóvenes diputados que hoy con pasión y entrega, han tenido la valentía de subir a esta tribuna para defender lo que cada uno cree que es correcto.
Recuerdo cuando hace años vi una convocatoria para ser diputado juvenil, justo como ustedes lo hacen ahora. No fue nada fácil compartir esa idea en mi casa, pero estaba llamado. La razón es, porque a pesar de que era consciente del gran problema en la clase política, yo no tenía intención de ser uno más de los que solo señala y critica, éstas curules eran mi oportunidad para proponer y cambiar aquello que no es justo y correcto. Me recuerdo con mi bicicleta, viniendo al tocar el congreso y diciendo “a la cámara de diputado llegaremos”.
Llegué y aquí descubrí lo que yo quería hacer el resto de mi vida. Yo escuchaba que el camino, estaría lleno de traiciones, corrupción, mentiras y desilusiones. Pero sabía que tenía que hacer algo, porque yo, así como todos los que tomamos la extraña decisión de inclinarse al lado político, nos sentimos llamados por una responsabilidad mayor, porque sabía que mi voz valía, así como la de ustedes vale.
Nunca dejen que les digan que por venir de un lugar o otro, por su color de piel o pensamientos, por su género o estatus social sus opiniones no importan, porque si lo hacen, claro que cambian realidades y por eso nos censuran.
Yo también fui víctima de esa censura. Hace casi un año, fui contratado para escribir discursos a un alto funcionario del estado, con esta pluma yo no escribía discursos oficialistas, intentaba hablarle a un estado abandonado.
Y a pesar de que yo fui contratada para escribir discursos y no para defender doctrinas, fue con esta pluma con la que fui requerido a firmar mi renuncia, la razón, se enteraron de que hable con un candidato presidencial del otro partido. Me dijeron tu ya no tienes lugar este poder.
Les cuento esto, porque creo que en ese momento de dolor, aprendí valiosas lecciones: A pesar de que la política pueda ser cruel, Los jóvenes no podemos optar por el abstencionismo y dejar de participar en las decisiones políticas, pero menos, debemos dejar que nos digan cómo pensar, por quién votar, qué decir, no podemos permitir que un oficialismo inseguro, nos quite nuestra libertad para señalar, para expresar, para criticar y proponer.
Entiendan, lo que hoy han logrado, no es cosa menor. Esas sillas y esta tribuna, representan a nuestra tierra, ustedes representan hoy a las y los morelenses, a los maestros de Cuernavaca, a los cañeros del municipio de Zacatepec, a los arroceros de Jojutla, a los hijos de la cuna de la Revolución Social y repito: tenemos que retribuir a la gente que tiene esperanza en nosotros, no les podemos fallar.
Este recinto, al que han venido a hacer parlamentarismo, está defendiendo la Libertad y la Democracia, porque al autoritarismo no le interesan las opiniones, hoy ustedes, inician un viaje dentro de la política morelense que va a cambiar su vida.
Seamos la nueva generación que cambie al Estado. Los jóvenes queremos ser servidores públicos, empleados de la sociedad que construyen, no esclavos de doctrinas, queremos luchar por la gente, no por el bienestar de unos cuantos.
Queremos ocupar estos lugares porque sabemos que necesitamos cambiar el sistema. Ese es nuestro objetivo, ¡que pase a firmar quien no tenga miedo!
Con nuestra generación, vendrá a Morelos la luz, para todos aquellos que hoy lloran la noche.
El poder en Morelos para los morelenses, la Tierra para quienes la trabajan.
Los morelenses, nietos de Zapata, aquí estaremos siempre para luchar…
¡No me voy, apenas vengo llegando…!¡Muchas gracias!
PD. Este mensaje fue dicho en el marco del Parlamento Juvenil de Morelos, enviado en este periódico a la posteridad.
*IR