Tras el feminicidio de Dulce Gabriela Flores González, originaria de Cuautla, Morelos, su madre, Yolanda González, hizo un llamado a las autoridades tanto de Morelos como del Estado de México y Ciudad de México para que se investigue el asesinato de su hija, quien también fue víctima de violencia vicaria ante la omisión de las instituciones en la entidad.
Fue a las puertas del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que la quejosa afirmó que sufre un doble dolor, toda vez que Fernando su nieto menor de ocho años tampoco ha tenido justicia, pues presuntamente sufrió infanticidio a manos de su propio padre en Guanajuato, cuando los jueces en Morelos le concedieron la guardia y custodia de sus dos hijos menores, arrebatándoselos sin permitirle verlos.
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Por lo que exigió que se realicen las indagatorias necesarias, ya que hasta el momento no le han informado de ningún tipo de avances, por lo que pidió que todos los casos se atiendan con la prontitud necesaria y no sólo en asuntos mediáticos, al considerar que toda la gente debe ser tratada de la misma manera.
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“He ido a preguntar a la Fiscalía de Morelos pero no me dicen nada porque aseguran que las investigaciones corresponden a la Fiscalía del Estado de México porque allá fue donde encontraron a Dulce con huellas de estrangulamiento dentro de un motel, aún cuando la denuncia se inició aquí. Ojalá que el fiscal Uriel Carmona Gándara pueda intervenir para esclarecer qué fue lo realmente pasó con ella”, comentó.
En este sentido, lanzó un llamado de alerta para que las autoridades puedan otorgarle a ella la guardia y custodia de su otro nieto Santiago, de 12 años de edad, al considerar que su vida corre un grave riesgo, pues aunque su padre ya está siendo procesado en Celaya por el presunto infanticidio de su hermano, se le otorgó a la familia del imputado la guardia y custodia, por lo que exige que se les derogue y se le entregue a ella, ya que en su momento externó el infante que fue testigo de cómo su progenitor le quitó la vida a su hermano a golpes, por lo que también teme por su vida.