El pasado viernes por la noche, soplaban los vientos del cambio y revolución, debido a que un grupo de mercenarios liderados por Yevgueni Víktorovich, quienes habían luchado bajo las órdenes del ejército Ruso contra Ucrania, parecía revelarse al poder, pues soldados acompañados por carros fuertemente blindados y tanques, tomaron rápidamente la ciudad Rusa “Rostov”, que había sido un punto estratégico en la invasión que Rusia ha llevado a cabo en Ucrania. Con un aparente descontento y una extraña crítica hacia la estrategia militar de Vladímir Putin el grupo de mercenarios advertían que su siguiente parada sería la capital de Rusia, Moscú.
Este aparente intento de golpe de estado, se convirtió por su magnitud y el armamento del ejército privado en el más grande reto interno que ha enfrentado el Presidente Putin, quien firme y retador como siempre calificó a los mercenarios de traidores y advirtió que les llegaría un castigo. En Occidente, todos los seguidores de la política mirábamos con impresión y cierto escepticismo lo ocurrido dentro de Rusia, pues parecía ser el inicio de la caída de fuerte gobierno, una importante ventana para Ucrania y la nueva victoria de Estados Unidos en una especie de guerra indirecta.
Sin embargo, la emoción, expectativa y atención del mundo, se disolvió inmediatamente cuando 24 horas después de haber iniciado el intento de “Golpe de Estado” el jefe de los mercenarios Wagner anunció que su lucha y su avance se detendrían en su totalidad con la intención de no derramar sangre de las y los ciudadanos rusos, lo cual fue secundado por el Presidente Vladímir Putin, quien dijo que ni el líder ni la organización de paramilitares serían castigados o seguidos, debido a los méritos que han tenido en el campo de batalla contra Ucrania ya que pensaban que hoy era más importante continuar con la invasión antes de castigar a opositores.
Un ejército privado o mercenarios como el grupo Wagner, es un grupo de personas con entrenamiento militar, financiado por algún gobierno para llevar a cabo el trabajo sucio durante las guerras, todas las mega potencias tienen uno o varios grupos como estos, y son muy útiles para llevar a cabo un trabajo acelerado de guerra, invasión o control, sin tener que involucrar a un gobierno en investigaciones por violaciones de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad o dar explicaciones sobre el porqué una importante parte de sus elementos son reclutados desde las cárceles. Los mercenarios o paramilitares tienen objetivos puramente económicos y su crueldad es inigualable, por lo que me parece ilógico que su argumento para detener su avance militar sea su preocupación por la vida de los ciudadanos. En lo que respecta al Presidente Putin, también creo que miente al decir que no buscará ni castigará a quienes se presentaron como los más fuertes y amenazantes opositores de su gobierno cuando dentro de su ciudadanía hay una fuerte búsqueda, censura y represión contra sus opositores.
Es evidente que dentro de este intento de golpe de estado y su extraña resolución hubo un acuerdo del más alto nivel, hoy ninguna teoría es totalmente descartable, quizá el grupo de mercenarios sí tenía la intención de llevar a cabo un golpe al poder debido al maltrato, desbastó y agresión en el campo de batalla que han sufrido por la desorganización de Rusia, quizá hubo intervención extranjera, quizá todo esto fue un plan de Rusia y el ejército privado para fingir una ventana. Lo cierto es que hoy pareciera que el poder de Putin empieza a mostrar grietas, y así como lo advertía Tzun Tzu en el Arte de la Guerra, la batalla prolongada que ha llevado en Ucrania ha empezado a mostrar signos de falta de estabilidad y desgaste en el invasor.
*IR