Profesionalismo no víscera

Dominó social

El pasado jueves 25 de mayo, las alarmas de las Relaciones Internacionales se encendieron, volteando la mirada a América Latina, de manera específica a la relación entre la República de Perú y México, y es que fue ese día cuando los congresistas peruanos aprobaron la moción 6513, mediante la cual se declaró una persona no grata al Presidente López Obrador.

Lo anterior después de varios meses de rispidez dados por la supuesta pausa que López declaro desde el año pasado tras la destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú.

Y es que el claro afán del mandatario mexicano por querer hacerse ver como el redentor de las clases más bajas en América Latina, lo han llevado a entrometerse en asuntos que claramente violan la no intervención de los países en asuntos internos de otros.

La solicitud por parte del legislativo inca para la prohibición del ingreso de Obrador a tierras peruanas, son la muestra del respaldo con el que cuenta la actual presidenta Diana Boluarte, a la cual el gobierno mexicano no ha querido reconocer escudándose en la Doctrina Estrada.

Aunque más allá del reconocimiento, debemos recordar que el inicio de esta degradación en las relaciones diplomáticas México-Perú inicio por la rabieta de López ante la negativa de Perú para permitir a la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana recargar combustible, así como la negación del transito aéreo de la misma nave durante la famosa operación de rescate de Evo Morales en 2019.

Si bien, algunos expertos afirman que la situación que prevalece entre dichos gobiernos, no afecta de manera directa a los ciudadanos mexicanos y peruanos, si hay que dejar en claro que pone en riego la Alianza del Pacífico de la cual México forma parte junto con Chile, Colombia y por supuesto Perú, la cual es un mecanismo de colaboración política, y económica entre sus integrantes, buscando impulsar de manera conjunta el crecimiento individual de sus integrantes.

Hoy podemos vislumbrar como la necesidad irracional de López por hacer su voluntad en territorio propio y ajeno comienza a tener repercusiones que muy mediano plazo podrán repercutir no solo en la economía nacional, si no en la tranquilidad de los ciudadanos. Es urgente, que López permita que los asuntos exteriores sean tratados desde una visión profesional y no visceral.

*IR