La llegada de los carteles mexicanos a Honduras se logró en los tiempos donde gobernaba Orlando Hernández desde el 2010, época en la que Joaquín Archibaldo Guzmán Loera “El Chapo” se sintió a sus anchas.
Un operador clave de Sinaloa en Honduras fue César Gastelum Serrano, el traficante mexicano que negociaba y movía buena parte de la droga del cartel entre Honduras, Guatemala y México.
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Fue otro narco, este hondureño, quien confirmó que la alianza de Gastelum con el Partido Nacional se consolidó a través de Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras de 2014 hasta inicios de 2022 y en la actualidad preso en Nueva York en espera de un juicio por narcotráfico y otros delitos.
El narco hondureño que confirmó la alianza se llama Fredy Nájera Montoya, un ex congresista hondureño que en octubre de 2022 fue condenado a 30 años por narcotráfico, también en los Estados Unidos.
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El millón de dólares que se supone Gastelum entregó a Hernández no fue, de hecho, el único dinero de Sinaloa que, de acuerdo con los documentos judiciales y testimonios revisados, la organización del Chapo Guzmán dio al expresidente hondureño. Otro ex político de Honduras juzgado por narcotráfico en Estados Unidos, este llamado Alexander Ardón, también declaró bajo juramento que Guzmán entregó otro millón de dólares en 2013 a Antonio “Tony” Hernández, hermano de Juan Orlando, para financiar la campaña presidencial de aquel año.
Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, "El Chapo", miró siempre hacia el sur para expandir el poder de Sinaloa y para asegurarse, en Centroamérica, un refugio que le permitiera pasar temporales cuando las cosas se ponían feas en México.
El Chapo mandó emisarios a Guatemala y El Salvador, e hizo negocios ahí, pero fue en Honduras, después del tumulto político que siguió a un golpe de Estado en 2009, donde Guzmán se sintió a sus anchas, al menos por un tiempo.
Durante el juico a Nájera, Joaquín Pérez, uno de sus abogados defensores, dijo en la corte que Gastelum, el narco mexicano, había pagado a Juan Orlando Hernández un millón de dólares, en dos entregas de USD 500,000.
A cambio de protección a cargamentos de cocaína que el operador de Sinaloa estaba moviendo por el corredor norte del país, según documentos que reveló recientemente el centro de investigación hondureño basado en Washington Pro-Honduras Network (PROHN).
Hubo, incluso, una entrega de USD 300,000 a un asociado de Ricardo Álvarez, político cercano a Juan Orlando y su potencial vicepresidenciable. Fiscales estadounidenses aseguran que ese dinero sirvió para “dar un empujón final” a la campaña de Juan Orlando y Álvarez.
Los fiscales estadounidenses también detectaron pagos a Juan Orlando de Yankel Rosenthal, político y banquero, y de Carlos Lobo, un narcotraficante hondureño que también trabajaba entonces con el Cartel de Sinaloa.
En 2013, en la previa de la elección presidencial, Tony Hernández se reunió por primera vez con El Chapo en Copán.
Los anfitriones del encuentro fueron los hermanos Luis y Arnulfo Valle, jefes del clan Valle Valle, quienes prestaron una de sus haciendas en los cerros cercanos a El Espíritu, la pequeña aldea de Copán de donde son originarios y desde la cual dirigían su operación.
En 2014, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos designó a Gastelum como capo del narcotráfico y lo describió como un “prolífico traficante mexicano… que se estableció como proveedor de cocaína para el Cartel de Sinaloa…”
“… Usa una amplia red criminal para dirigir una organización de narcotráfico capaz de mover toneladas de cocaína a la semana a través de Honduras y Guatemala hacia México… Es un prominente distribuidor de cocaína en Centroamérica para Sinaloa”, según dijo del narco en 2014 Adam J. Szubin, entonces director de la Oficina de Bienes y Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC).
*MG