Autoridades quebrantadas

Dominó social

Tal parece que hablar de religión se ha vuelto convertir en una moda en tendencia, y es que, hace apenas unos días se estrenó en una famosa plataforma de streaming el documental “amén” donde el Papa Francisco es el protagonista, al encabezar una plática con jóvenes de distintas latitudes del mundo y distintas creencias, abordando temas tan actuales como el aborto e incluso la identidad de género, o los enormes abusos de poder que desde el interior de la iglesia como institución se ha dado; a partir de dicho documental es quizás que la religión católica busca generar de nuevo empatía no solamente entre sus feligreses, sino, entre los que incluso han abandonado la fe desde hace tiempo,como respuesta a las diversas acciones ilegales e inmorales que al interior de la religión se han hecho o uso de la religión católica como bandera para un escudo de acciones a todas luces inmorales.

Sin embargo, esta disfraz religioso de propios y ajenos para realizar acciones que atentan contra la libertad e intimidad de cientos de personas no es exclusivo de la religión católica, tal es el caso, del polémico vídeo que ha circulado en las redes durante los últimos días en donde se puede ver al famoso líder espiritual de la religión budista, el Dalai Lama obligar aún menor de edad a que lo bese en la boca e incluso pedirle que le chupe la lengua, hoy conmocionando así al mundo entero, y desgajando la imagen pulcra del premio nobel de La Paz que hasta el momento se tenía.

La sensibilización mundial que se ha dado durante los últimos años ante casos de pederastia obliga casi de manera automática generar repudio al ver imágenes públicas de quienes se hacen llamar “líderes de la fe y la Paz” obligar a niños a realizar acciones tan asquerosas como lamer la lengua de un adulto escudándose bajo una autoridad religiosa.

Este repudio no solamente se da ante la religión católica o budista, es un repudio al acto mismo en sí pues en pleno siglo XXI se sigue aplaudiendo en lo público y en lo privado la violación de la intimidad, de los derechos y las libertades de infantes.

No es mi interés hablar de favor o en contra de la religión pues tengo la convicción de que sin importar bajo que nombre se le conozca, la creencia en algo supremo debería ser símbolo de un mejoramiento de las acciones humanas.

La religión por sí sola no es mala, ni mucho menos inmoral,lo que ha hecho que con mayor frecuencia la gente se desilusione de las creencias religiosas es precisamente los actos de quienes al interior de dichas instituciones, buscan disfrazar la autoridad para complacer los más asquerosos bajos placeres.

La religión sea cual sea no es ni el Dalai Lama, ni el Pontífice Francisco, la religión debe ser en México, el Tibet, o el Vaticano debe ser vista como un sistema cultural de determinados comportamientos y prácticas morales y respetuosas. Hacía allá debe migrar la religiosidad, al respeto del otro sin restricción alguna.

Basta ya de satanizar a quienes profesan cualquier ideología solo por no ser acordes a los preceptos de ciertas religiones, por el contrario debe ser desde estas instituciones que se busque repudiar el abuso, la intolerancia y el odio, solo así podremos asegurar que como humanos hemos evolucionado.

*IR