A propósito del #8M durante los últimos días en diversos espacios se han hecho reflexiones respecto de los derecho de género e ideologías de género, y es que durante los últimos años el debate del género se ha tornado precisamente a las personas que naciendo con un sexo se identifican con otro llamándolo comúnmente ideología de género al respecto experto y no tan expertos se han dedicado a emitir opiniones a favor y en contra de las mismas el caso más reciente y más sonado que podemos hablar es precisamente el del Papa Francisco hace apenas unos díascondenó la ideología transgénero, asegurando que es una de las colonizaciones ideológicas más peligrosas.
Y si bien mi intención no es analizar o contrarrestar los argumentos que el pontífice ha dado, si lo considero es este un marco adecuado para hacer una reflexión respecto a la tolerancia que como humanidad tenemos.
Hablando específicamente de la ideología transgénero, la mayoría de las opiniones giran en torno a la no aceptación de personas que se identifican con un género distinto que con el que nacieron biológicamente. Sin embargo, sin pensamos detenidamente al respecto del tema, esto no es otra cosa más que reconocer al otro como el mismo se reconoce.
Y es que, en realidad dicha intolerancia no es otra cosa más que, no aceptar que otros pueden pensar distinto a nosotros, y que pueden hacer uso de su libertad de la manera que más le sea conveniente, mientras que sus acciones no afecten a terceras personas.
Piénselo ¿a usted y a mí en que puede afectar las preferencias sexuales e ideológicas de otros? la ideología no es contagiosa ni obligatoria para todos, mucho menos atenta contra los derechos y libertades de los demás; mejor como sociedad centrémonos en trabajar en la tolerancia, solo así podremos comenzar a hablar de igualdad, y respeto.
Como hasta ahora he insistido, las causas no se defienden con colores, ni moños, si no en nuestras acciones del diario vivir.
*IR