Después de la euforia del proceso electoral y de la toma de protesta de la nueva dirigencia de la Sección 19 del SNTE, llegó la hora de asumir los retos e iniciar su trabajo para dar resultados. Las urgencias son muchas y en muchos casos el margen de maniobra no es el que se espera y hay que generarlo. Los desafíos que se le plantean al sindicato conforman una agenda económica, prestacional, profesional, laboral, de seguridad social y política.
Pero contrario a lo que se esperaría, el primer reto de la nueva dirigencia y de su secretario general, no está en esa agenda hacia el exterior o con su contraparte y con relación a diversos actores sociales y políticos, no, el primer y gran desafío es hacia su interior y con el que en las próximas horas sabremos de qué y por quiénes está conformado el nuevo Comité, y tiene que ver con la inexistencia de las comisiones sindicales y la decisión que tendrán que tomar la mayoría para continuar adelante o, de plano, tirar el harpa.
Y es que casi la totalidad de los que conforman la nueva dirigencia tienen, por lo menos en su imaginario, la idea de que estarán liberados de sus actividades en sus escuelas para dedicarse a la gestión sindical, ignorando que, por normatividad, las comisiones sindicales desaparecieron desde el año 2012 con la extinta Ley General del Servicio Profesional Docente, y en la Nueva Ley General del Sistema para la Carrera de las y los maestros tampoco se contemplan.
Por lo anterior, en términos simpes y llanos, los nuevos dirigentes tienen dos opciones: realizar su trabajo sindical después de cumplir su jornada laboral en sus centros de trabajo, o pedir permiso sin goce de sueldo para dedicarse a la actividad sindical, esto último seguramente impensable. Digamos que para los que tienen una clave de media jornada o medio tiempo en horas, tendrán tiempo suficiente a contraturno para desempeñar sus tareas sindicales incluyendo los fines de semana, pero ¿qué hay con los de tiempo completo o doble clave?
El segundo reto al interior del gremio magisterial sindicalizado se encuentra en el proceso de cicatrización que la nueva dirigencia que encabeza Joel Sánchez Vélez deberá propiciar con todos los grupos y expresiones. Tras la contienda electoral ha planteado, como consecuencia lógica, un llamado a la unidad de todos y a cerrar filas en torno a una gestión unificada en su liderazgo, sin embargo, no todos han respondido afirmativamente ni están dispuestos a sumarse, aunque si se tasa de acuerdo a la representatividad objetiva que se puede leer de los resultados de la elección, puede advertirse la suma de la mayoría.
En esa tesitura, ni Alejandro Trujillo que encabeza vitalicio lo que queda del MMB ni Felipe Castro, representan un foco rojo para la nueva dirigencia. El primero se mantendrá de bajo perfil para resurgir cuando haya otras coyunturas sindicales y políticas, y el segundo verá caer las simpatías de los votos que reunió debido a su postura beligerante y con ansias de dividir, pero con la que no está de acuerdo la mayoría.
Otros grupos como El Poder de la Educación y el CoateMor de Fernando Salgado y Yossmin Castillo tienden a la baja, incluso el primero podría extinguirse ante la falta de simpatizantes. Asimismo, el grupo de lo que quedaba de Nuevo Sindicalismo va a desaparecer al quedarse no sólo sin cabeza sino sin seguidores, pues al aliarse con Castro Valdovinos labraron su extinción. Finalmente, y sorprendiendo a propios y extraños ya que sin ningún capital logró colarse en la planilla blanca, está Oscar Engels, quien dice encabezar al CCLM, movimiento de grandes glorias y luchas magisteriales entre los 70´s y 80´s, pero que quedó extinto hace algunos lustros.
Estos son por el momento los retos que ocuparán a la nueva dirigencia del SNTE en Morelos, en tanto se acomoda al interior, mientras en paralelo se generan los enlaces con las autoridades y actores políticos del estado, quienes representan desafíos mayores. Con un gobierno local indolente, sin interés por atender y dar respuestas a las demandas del magisterio, y con un Congreso del Estado en pugna interminable y con diputados que sólo buscan medrar con grupos del magisterio, la situación es complicada, mientras en el IEBEM pocos son los funcionarios que han mostrado interés por negociar y acordar con la dirigencia sindical, a la que no pierden oportunidad de nulificar o ignorar, veremos…
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