Un rotundo fracaso ha resultado la estrategia de seguridad en el estado de Morelos que se encuentra bajo el mando del Vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros, pues por segundo año consecutivo los homicidios dolosos en la entidad rebasaron los mil asesinatos llegando en 2022 a 1,041 casos promediando prácticamente 87 crímenes mensuales.
Pero vayamos unos años atrás: en el 2019 se contabilizaron 911 (677, con arma de fuego); en el 2020, atípico por inicio de la pandemia y que obligó a un confinamiento, se registraron 802 homicidios dolosos (600, con armas de fuego); para 2021 la cifra se disparó a 1,035 crímenes (755, con armas de fuego) y para 2022 también superó los mil asesinatos llegando a los 1,041 (782, con armas de fuego).
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El pendiente más importante en Morelos sigue siendo la seguridad pública, un tema que desde su llegada al gobierno estatal, Cuauhtémoc Blanco, reconoció que se vivía un ambiente de inseguridad.
Vale la pena precisar que a mediados de 2019 el mandatario morelense aseguraba que podrían disminuir los hechos de crimen y violencia, y que eran parte de una herencia del pasado: “estamos en la tarea de bajar los índices delictivos”, declaró el exfutbolista.
Lo cierto es que la realidad ha sido otra, la delincuencia ha aumentado, incluso al propio mandatario se la relacionado con el crimen organizado. En documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) se dio a conocer una potencial colusión con el Comando Tlahuica, célula del grupo delictivo “Los Rojos”, con quienes casualmente fue fotografiado.
La información que dimos a conocer en noviembre del año pasado destacaba que Irving Eduardo Solano Vera, alias “El Profe” -tras su detención- en una declaración de 14 de mayo de 2019: “comentó que El Ray estableció acuerdos con el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, para que le permitiera operar con absoluta impunidad, a cambio de apoyarlo en la campaña proselitista y de que no calentar la plaza”, refirió la Sedena.
Cuauhtémoc Blanco ha dado su respaldo reiteradamente a Ortiz Guarneros, pese a los pésimos resultados que se tienen en materia de seguridad, en diferentes rubros, destacando lamentablemente los homicidios dolosos, ya que mientras a la media nacional se nota una disminución, en Morelos siguen en un alto nivel.
En este medio hemos documentado la creciente ola de violencia en el estado, destacando el mes de octubre, en el cual, además de tener el mayor número de homicidios dolosos en Morelos -con 125-, también mantuvo los altos índices en violencia familiar y abusos sexuales.
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Pero no es todo, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante el año pasado se registraron 32 feminicidios en la entidad, aunque cabe recordar que la muerte de la joven Ariadna Fernanda destapó un gran cuestionamiento de la forma en que la Fiscalía General de Morelos (FGE) realizó la investigación, ya que el peritaje resolvió que se trató de una broncoaspiración, mientras que la Fiscalía de la Ciudad de México y la Fiscalía General de la República determinaron que fue un asesinato que podría derivar en feminicidio.
Entre jaloneos y acusaciones de narcopolítica y narcogobierno, la ciudadanía vive cada vez con mayor temor en la entidad, y como muestra la encuesta de percepción de seguridad elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), donde se revela que el 80% de las personas que viven en Cuernavaca se sienten inseguras.
Entre jaloneos y acusaciones de narcopolítica y narcogobierno, la ciudadanía vive con mayor temor en Morelos
*IR