En nuestro país, en los años noventa, cuando aún existía un partido hegemónico, que ya mostraba debilidad, ya se percibía un gran avance de la democratización de las elecciones para decidir quienes nos representaban en las cámaras de diputados y senadores. Pero también se veía el avance de la pluralidad, donde varias entidades de la república eran gobernadas por partidos diferentes al partido oficial. Sin duda, como precedente y el gran avance fue a partir de la reforma política de 1977, en la que, a partir de ésta, hubo una real pluralidad, la creación de un órgano colegiado, aunque ya existía la Comisión Federal Electoral, que dependía de la Secretaría de Gobernación. Con la Reforma Política, continuaba la misma Comisión, pero con algunas modificaciones como mayor participación de partidos políticos, representantes de las cámaras de diputados y senadores, entre otras disposiciones, que apuntaba a funcionar como un órgano colegiado. Sin embargo, como aún existía la injerencia del Secretario de Gobernación, éste órgano no pasó la prueba en la elección de 1988, donde, precisamente el hoy director de la Comisión Federal de Electricidad Manuel Bartlett Díaz (flamante personaje de confianza del Presidente AMLO) ordenó se dejará de contabilizar los votos de la elección donde Carlos Salinas de Gortari, no estaba ganando la elección, y se apuntaba al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como el ganador de las elecciones. Por ello se calló o cayó el sistema y declararon, sin haber contado todas las actas de casillas y menos votos, a Carlos Salinas de Gortari como virtual ganador de la elección.
Con todos esos antecedentes, más negativos que positivos, en el país se sentía la necesidad urgente de consolidar la democratización con la creación del Instituto Federal Electoral, como un verdadero órgano Colegiado.
En 1988, con el triunfo, muy cuestionado, de Carlos Salinas de Gortari, tenía que legitimarse. Buscó el reconocimiento del Gobierno de Estados Unidos y demás países que siempre han apoyado a México. Después buscó la legitimación mediante el encarcelamiento de algunos líderes sindicales, que apoyaron a Cuauhtémoc Cárdenas. Con el apoyo de los empresarios y de los sectores que integraban su partido, comenzó a gobernar.
En el PRI existían personajes con ideas de izquierda, ideas revolucionarias, ideas de cambio, que primero formaron la corriente crítica en el PRI, posteriormente salieron del partido y obviamente con la democratización que se estaba urdiendo, varias organizaciones políticas les dieron cabida. Las juventudes idealizaban y sentían el liderazgo de alguien diferente a los políticos tradicionales hasta ese momento. Varias corrientes abrazaron la participación de Cuauhtémoc Cárdenas.
Su actitud disidente y llena de valores en ese momento hicieron que su proyecto político se fuera tornando en ideología de izquierda. El surgimiento de partidos políticos de izquierda, daba la idea que en México se estaba creando la izquierda que estaría prevaleciendo los próximos 25 años, y así fue. Hasta antes de esas fechas de transición la izquierda solo existía en la ideología y en la clandestinidad. De esas organizaciones nacieron el PRD, el Partido del Frente Cardenista y otras minorías, que apuntaron a conformar el ala política. Con el paso del tiempo y con la pulverización de los integrantes, como siempre, por las decisiones cupulares, esa izquierda se fue transformando y surgieron sus líderes provenientes de diversas organizaciones que nunca llegaron a fusionarse y consolidarse como única organización de izquierda. Ese ha sido el principal problema de esa izquierda, en la que la diversidad de intereses de grupo o incluso personales, lograron que el PRD, principal organización progresista viniera de más a menos.
La Derecha por su parte, representada por el PAN principalmente, no lograba avanzar en 1988. En 1994 apenas alcanzó la mitad de los votos alcanzados por el candidato ganador, Ernesto Zedillo Ponce de León, aún cuando la crisis que provocó el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el PAN no logró convencer de que podía ser una opción de gobierno.
El PRI, sin definirse como una organización derecha o izquierda, sino que se decía que era de Centroizquierda con ideas socialistas. La verdad era que siempre se movía libremente como partido hegemónico en el eje ideológico que le convenía.
Por lo anterior, hasta el año 1994 solo el PAN era identificado como representante de Derecha. México iba mas hacia la izquierda que a la Derecha.
El año 1994 se puede identificar como el año de la disyuntiva, la pre alternancia del poder, el último sexenio de la hegemonía del partido de Estado.
El trabajo político del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, de Diego Fernández de Ceballos, la reforma de 1977, la participación política de las juventudes que habían sido trastocados por las ideas de Luis Donaldo Colosio, la necesidad de acabar con los abusos del poder; con todo ello se estaba gestando un cambio… Esta historia continuará
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