La impunidad y la corrupción

Vuelta a la izquierda

La inseguridad en Morelos es un tema complejo que desde hace algunas décadas (cuando menos dos) es un tema que crece sexenio con sexenio. El crimen organizado ha sentado sus bases en nuestro estado fundamentalmente porque es un nicho de impunidad. Los carteles han encontrado que sus actividades las realizan a su completo gusto y rara vez son detenidos. Estos actúan con total impunidad en todas las actividades que realizan, como cobro de piso, secuestros, además por supuesto de la venta de droga en sus diferentes acepciones.

Comento el tema porque el asesinato de una diputada local es un tema bastante serio que amerita un análisis con mucha seriedad. Si alguien es capaz de matar a una diputada, que por supuesto no es cualquier ciudadano, entonces todos estamos indefensos ante quienes quisieran atentar contra la vida de cualquiera. Esto es, si alguien que tiene una representación institucional, que fue electa por el pueblo y tiene las prerrogativas que le permite la constitución, es asesinada a plena luz del día en un lugar concurrido y no pasa nada, entonces estamos en una verdadera situación de emergencia en Morelos.

Todos los días asesinan a personas, relacionadas con el crimen organizado o victimas del crimen organizado, o en hechos violentos por cuestiones diversas, asaltos, violencia intrafamiliar, venganzas etc. pero la gran constante es la impunidad en cualquier delito que se comete.

La violencia familiar es el delito más constante seguido del robo a vehículos, después el robo a negocios y casa habitación seguido de homicidios, el tema es cuántos de estos delitos terminan en una sentencia de quienes los cometieron. Seguramente la respuesta nos causaría malestar en el menor de los casos, pero al saber que cualquiera puede ser asesinado por alguna razón de interés o de ambición genera un sentimiento de terror.

¿A quién le conviene que una diputada que está en medio de una tormenta sea asesinada? La repuesta parece obvia y eso genera mayor incertidumbre y terror, porque al personaje que parece beneficiar su muerte puede ser el más perjudicado o pudiera no importarle nada porque su ambición de poder y dinero es enorme, tanto que es capaz de quitar de en medio a quien se atraviese.

Al final del túnel veremos cómo quedan las fuerzas en el Congreso, si los 14 se mantienen y por tanto pueden aprobar leyes trascendentes o disminuyen su fuerza a tan solo 13 diputados y pierden la tan preciada mayoría. Todo esto se sabrá cuando la diputada suplente asuma como titular o en su caso sea la prelación la que tome protesta próximamente. Todo parece indicar que en cualquier caso la misma familia será la que se saque la rifa del tigre y esa decisión ayude a resolver el galimatías en el que está inmersa la fiscalía.

Pero el problema será que realmente se investigue para encontrar a los culpables materiales e intelectuales de lo que parece ser un crimen político más en el país, que puede quedar impune como tantos otros. Por supuesto, la especulación permite generar hipótesis fundadas en lo que ha estado ocurriendo en estado sobre la violencia, pero también sobre los intereses políticos, las ambiciones y la nula respuesta de la autoridad a resolver problemas. Tenemos un poder ejecutivo mediocre y un poder judicial corrupto y zángano, por decir lo menos. Si de verdad la fiscalía general atrae la investigación podría haber mayores posibilidades de solución en el corto plazo, aunque eso se antoja difícil por los intereses creados de varios personajes políticos con poder para impedir que se llegue al fondo de la investigación.

En fin, vemos un túnel muy obscuro y sin luz al final, lo que nos deja en una situación de terror porque si a una diputada se le puede asesinar sin consecuencias que podemos esperar los ciudadanos de a pie, que de por sí ya vivimos los estragos de la corrupción y la impunidad.

*IR