Sí, a todos nos preocupa la situación que prevalece en Ucrania, respecto del conflicto bélico que tiene con Rusia, y que se ha mantenido a rojo vivo los últimos meses; y es que para que el conflicto sea de nuestro interés, no es necesario ser mandatario de alguna nación, pues la mera empatía por quienes son víctimas de dicho conflicto, es razón de peso para desear el pronto cese de los conflictos, sin embargo, cuando se ostenta un cargo tan importante como el de presidente de una nación tan importante como lo es México, la opinión en ese tipo de problemáticas debe de ser mesurada.
Hago referencia a esto, a propósito del proyecto que, de acuerdo con el mandatario López Obrador, se busca presenta ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la representación de Marcelo Ebrad, que, de acuerdo a las propias palabras, plantea constituir un comité para la paz y el dialogo, que habría de estar compuesto por el vaticano, el propio secretario general de las naciones unidas y el primer ministro de la India.
Y si bien no podemos negar que de primera vista bien pudiese parecer un proyecto noble, una vez analizada la información que el propio gobierno de México dio a conocer mediante sus redes sociales oficiales, podemos percatarnos que efectivamente como lo señaló MykhailoPodolyak, quien es asesor del presidente ucraniano, esto no representa más que un proyecto de oportunismo político.
Y es que, analicemos un poco, por principio de cuentas, el proyecto tiene como objetivo generar una “tregua” mundial de 5 años, con la intención de atender los problemas económicos y sociales, que aquejan a las naciones involucradas, pero, como lo he mencionado en columnas anteriores, en política, el fondo es forma. Entrecomillo la palabra tregua, puesto que en el lenguaje bélico, esta palabra hace referencia a una suspensión de los hechos que ocurren en el momento, pero esta tiene una latente oportunidad de romperse y retomar los conflictos armados, incluso con mayor fuerza de con la que habría de iniciarse, puesto que este lapso de tiempo bien permite a las partes involucradas a generar mejores estrategias de ataque.
En este sentido, si la intención de López fuese genuinamente pacifista como intenta aparentar, entonces la propuesta hubiese estado encaminada a la búsqueda del retiro de personal y equipo militar en territorio ucraniano para poder generar una verdadera paz entre las naciones.
Por otro lado, el mismo López se contradice en su discurso, pues por un lado ha repetido hasta el cansancio que, las Naciones Unidas son solo un foro discursivo y sin impacto internacional (que ojo, esto no es del todo mentira), pero por el otro, quiere que sea el propio secretario general António Gutiérrez el que ponga en marcha su propuesta, entonces, que el presidente ordene sus ideas y decida su postura, ¿sirven o no las Naciones Unidas? Aunque, también es cierto que al presidente no le caerían en lo absoluto mal unas pequeñas clases de RRII, en donde le explique con documentos tan sencillos como la carta fundacional de la ONU, cuál es su función y su campo de acción, pues es la propia carta la que establece que Naciones Unidas por sí sola no puede poner fin a un conflicto si las partes involucradas no están en la disposición de hacerlo.
Una vez más, la ignorancia y arrogancia presidencial nos hace quedar en mal como nación ante la mirada internacional, solo esperemos que esto no nos cobre factura tan alta y tan pronoto, como nación. ¿No será acaso que el presidente solo esta buscando aprovecharse de las circunstancias y hacer de un conflicto, sus 5 minutos de gloria?
*IR