La fuerza de la razón

Vuelta a la izquierda

Los rumores son espantosos para un partido que se dice de izquierda cuando menos en sus documentos básicos. Es de alarma darse cuenta que quienes serán parte de su Consejo Estatal por 3 años no son de izquierda, sino de derecha o, como los llama el Presidente de la República, son conservadores. Y el rumor de quien pretende dirigir al partido sería, sin duda, el fin de un partido de izquierda. El asalto del ala conservadora a un proyecto noble en proceso de consolidación, que en Morelos nunca comenzó, significa que ahora habrá que remar contracorriente contra quienes representan intereses personales y alejados de un proyecto social.

La descomposición de Morena se comenzó a gestar desde el momento en que la intervención directa del tribunal electoral federal ordenó al propio partido que trasgrediera sus reglas internas, al permitir que una persona que no cumplía con los requisitos para competir por la dirigencia de Morena interviniera en una terna; y peor aún, cuando ordenó que no sea la militancia quien determinara quien los iba a dirigir sino la población en general a través de una encuesta abierta. Hoy este mismo personaje, que llegó a la dirección de Morena de manera ilegítima, avala que pase los mismos en Morelos y seguramente en otros estados de la república. Permitir que el Consejo haya sido electo a partir de trapacerías, dignas de los mejores tiempos del PRI, es una acción que no se justifica desde ningún punto de vista. Entregar al instrumento que se construyó para generar un cambio en el país a quienes pretenden que las cosas sigan igual debe ser considerada una verdadera traición a la patria.

Ahora la verdadera izquierda tendrá que buscar alternativas de organización, porque si de por sí ya era difícil encontrar canales de participación y coadyuvancia interna ahora la cosa estará más complicada. La derechización de Morena es inminente a partir de quienes forman parte del Consejo porque son personajes pragmáticos que están acostumbrados a recibir órdenes de sus jefes. Son escasos, si es que hay, los consejeros comprometidos verdaderamente con el proyecto de la cuarta transformación. Rodrigo Arredondo que aun cuando su origen es el PAN ya estuvo como consejero durante los 7 años anteriores, por lo que experiencia tiene y podría jugar un papel relevante con más afinidad al proyecto que dio origen a Morena. Los otros dos alcaldes Rafael Reyes y Juan Ángel Flores pueden por su condición de alcaldes no ser incondicionales de los mezquinos intereses del nuevo comprador de la franquicia. Los demás que ya han estado anteriormente sobresalen por su capacidad para acomodarse con el nuevo patrón.

Así las cosas, es evidente que la lucha debe continuar y darle viabilidad al proyecto de la Cuarta Transformación en Morelos. A pesar del partido se tiene que luchar de manera inteligente y apoyarse en el poder ciudadano para lograr impulsar lo que el estado necesita. La verdadera militancia, esa que fue arrasada por el poder del dinero, por el descaro y el cinismo, tiene que tomar nuevos bríos y reorganizarse para no permitir que el asalto se consume desde la base.

Se robaron el cascaron porque les interesa la jugosa prerrogativa, gastaron y siguen gastando millones de pesos en tener el partido y ahora lo hacen por tener el control interno (se habla de cañonazos de 1 millón y hasta 2 millones de pesos por consejero). Quien llega comprando conciencias y quiere tener el control de la misma manera, seguirá el mismo camino toda su vida, ese tipo de personaje no tiene honor, no tiene escrúpulos, no tiene ética y menos vergüenza. Permitir que alguien con ese perfil tome las riendas de un proyecto como el que encabeza el Presidente de la República es una traición cínica que pretende detener el cambio poniendo obstáculos desde dentro.

Nuestra tarea implica el doble de esfuerzo, así que nadie debe darse por vencido. Ellos controlan el partido, pero no la conciencia, porque no alcanzan a entender que este proyecto es mucho más grande que sus ambiciones desmedidas. La primavera debe florecer nuevamente en Morelos, a pesar de los enemigos del cambio. La esperanza de la luz que guie el desarrollo armónico en nuestro estado no está cancelada, está más firme que nunca. La Cuarta Transformación se tiene que sentir en Morelos y para eso habrá que redoblar el esfuerzo y sacar la casta para imponer la fuerza de la razón que beneficie a la mayoría, es algo que Morelos lo merece.

*IR