Las mulas de mi compadre

Vuelta a la izquierda

La actividad política en Morelos continúa en torno al desarrollo que va teniendo Morena para bien o para mal. La oposición está muy rezagada en cuanto a liderazgos y propuestas, se les acabó la imaginación y apenas atinan a reunirse con algún liderazgo importante para intentar llamar la atención, aunque sin muchos resultados.

La realidad es que muchos de esos activos opositores, al ver que sus posibilidades de mantenerse en algún espacio de poder disminuyen en sus respectivos partidos políticos, comienzan a emigrar al partido que consideran les pueden garantizar mantenerse en esos espacios de poder. Es así, como a partir de una convocatoria que emite la dirigencia nacional para renovar las estructuras deliberativas y ejecutivas de Morena, muchos de esos opositores aprovechan la puerta abierta y se meten por asalto para desde ahí, intentar controlar y manipular para saciar sus mezquinos intereses.

Muchos de esos opositores no hace mucho tiempo criticaban al líder de la cuarta transformación, mientras que otros representan lo que se supone se combate, es decir, la corrupción, los negocios a partir del poder público, el compadrazgo y todo aquello que sabemos le ha hecho mucho daño al país. Sin embargo, en una decisión acelerada se determina abrir el portón y dejar que cualquier pseudolíder se meta hasta la cocina de Morena con los riesgos que esto conlleva. En esa esfera están Amado Orihuela y Ulises Bravo entre otros de menor grado.

Estos dos sobresalen por su nivel de pragmatismo y capacidad de manipulación a partir del manejo de grandes cantidades de dinero para obtener los espacios que ellos consideran necesarios para mantenerse en el poder.

Para nadie es un secreto que los votos que obtuvieron en la pasada elección interna de Morena para renovar dirigentes, son votos comprados, son votos obtenidos a partir de la manipulación económica o en su caso del chantaje para mantener a personas que son sus empleados. Claro también hay alcaldes y diputados que le entraron al tianguis de la compra de conciencias. Por ello muchos afirmamos que no se pude decir que Morena tiene un padrón de afiliados consecuente con sus principios, porque la gran mayoría de ellos son votos manchados de corrupción.

Intentar decir que fue una jornada blanca y civilizada es taparse los ojos y recurrir al autoengaño, algo que la verdadera militancia reprueba, porque el acarreo y la compra de conciencias no se pueden ocultar. Esto significa que el Consejo de Morena en Morelos, cuando menos, no es legítimo. Así que todo aquello que resulte de dicho consejo tendrá las mismas consecuencias porque su legitimidad está en tela de juicio.

La puerta se abrió de par en par y Ali Baba aprovechó la ocasión con el beneplácito de los dirigentes nacionales. Aun cuando Mario Delgado se empeña en curarse en salud argumentando que quienes aspiran a una candidatura en cualquier nivel no es través del consejo como esta se opera (lo cual es cierto), también es real que el Consejo tiene ciertas facultades para dictar la línea y estrategia política del partido, lo que hasta hoy ha sido letra muerta porque no existe dicha estrategia. Por lo que entregar el partido a personajes de derecha que solo pretenden saciar su ambición y no les interesa que las cosas cambien es ir en contra sentido del propio proyecto. En consecuencia, ver este proceso como un problema solo de candidaturas es muy grave, es no entender lo que este proyecto necesita y representa. O si de verdad lo entiende, entonces es más grave, porque está entregando el proyecto de la cuarta transformación a quienes se oponen a ella.

Las acciones del presidente de Morena dejan en claro que no le interesa la transformación, solo le interesa su propio proyecto que es ser Jefe de Gobierno en la CDMX y para lograrlo no le importa entregar su alma al diablo. Por ello en Morelos decidió entregar el partido a su socio comercial, que es la representación vil de lo que hemos combatido en años de organización y de esfuerzo colectivo para mejorar las condiciones de vida del pueblo. Así pues, con esas mulas hay que arar, aunque fumigar la cosecha se torne más complicado.

*IR