El caballo de troya

Vuelta a la izquierda

La lucha del Presidente de la República siempre fue por restituir el estado de derecho en el país. La lucha por el derecho al agua, por el derecho a estudiar, por el derecho a decidir, por el derecho a un país libre y verdaderamente democrático. La lucha duró varios años y ganarle al tirano fue un esfuerzo que tomó tiempo. Fue una lucha contra los privilegios de unos cuantos que se enriquecían al amparo del poder y saqueaban las arcas públicas para beneficio personal; una lucha contra las injusticias hacia un pueblo siempre sobajado a las decisiones centralistas de los poderosos.

El triunfo del 2018 dio un giro a todo lo mencionado anteriormente, pero el cambio en la nación aún no se siente en algunos estados y municipios donde la corrupción sigue siendo una constante cotidiana. Entre otros el estado de Morelos sigue siendo una cueva obscura donde quienes están al frente del gobierno se sirven con la cuchara grande y la percepción ciudadana es que la justicia sigue siendo un pendiente postergado por decisiones pragmáticas en los momentos decisivos.

Lo que hoy se vive en Morena tiene relación directa con ese tema. El permitir que una persona que no cumple con los requisitos mínimos para pertenecer al partido político es un acto de corrupción. Este hecho contradice los postulados de la 4T y del partido mismo: no mentir, no robar y no traicionar. Pretender entregar a Morena en Morelos a un ala conservadora, así se digan aliados, es una traición no solo a la militancia, sino al pueblo en general.

Los postulados que dieron fuerza al proyecto alternativo de nación en Morelos quedan en entredicho. La honradez como contraposición a la corrupción, la moral contra los negocios sin escrúpulos, los derechos elementales contra los privilegios de unos cuantos, el amor contra el valor económico de lo material. Eso es lo que está en juego, no ser consecuente entre el discurso y los hechos tendrán un costo importante porque el menosprecio a la tierra de Zapata y su pueblo es evidente. Mario Delgado hoy queda desnudo como realmente es, un político inescrupuloso que es capaz de todo con tal de saciar su ambición, un neoliberal, como un caballo de Troya que traiciona, miente y corrompe.

El desprestigio de este gobierno lo tendrá que arrastrar Morena consigo porque a esta clase política no le interesa el pueblo. Es evidente que un estado con poco peso electoral en el país, que no se compara con el estado de México o Veracruz o la propia Ciudad de México, está siendo sacrificado para ser carne de cañón para los corruptos, para los que no les interesa que haya desarrollo, para los que es más importante estar jugando futbol que estar trabajando para que el estado salga de su situación de estancamiento y atraso, producto de años de pésimos gobiernos.

La corrupción que impera en la parte más alta de Morena será un lastre si no se detiene ya, es buen tiempo para detener las expectativas desmedidas del dirigente nacional que están dañando el proyecto en el país. Es de total relevancia dejar de lado las ambiciones y los proyectos personales para priorizar el proyecto de nación y su continuidad. De continuar soslayando dichas acciones se puede tambalear lo que ha costado mucho tiempo comenzar y en su etapa más difícil que será consolidar lo ya iniciado, se requiere compromiso, vocación de servicio y amor al pueblo, características con las que no cuentan los personajes que pretenden adueñarse de la franquicia en Morelos. Ya lo he mencionado antes, pero es importante subrayarlo, este grupo solo pretende seguir saqueando al estado, solo les interesa hacer negocios al amparo del poder para saciar su ambición. Eso es clarísimo, por ello hacer como si no pasara nada después de la manera burda y vulgar con la que compraron votos para pretender tener el control de Morena sería sinónimo de dinamitar los principios que dieron origen a la credibilidad en el mayor líder que ha tenido México en los últimos años.

Morena se está devaluando muy rápido, es necesario dejar de lado el pragmatismo y retomar los valores ideológicos con los que se inició este proyecto. La honradez, la justicia, los derechos y el amor por México deben prevalecer para hacer a un lado a los enemigos del pueblo, que acechan y se lamen los bigotes porque sienten que, por un tema electoral, se les va a entregar el estado de Morelos en charola de plata. Falta que hablemos los morelenses en esa sinrazón, lo más probable es que se queden con las ganas igual que les pasó con Cuernavaca en la pasada elección, aun así, hay que demostrarles nuestro repudio y que se vayan pronto de nuestro estado. Ya les falta menos.

*IR