El proceso de elección de consejeros distritales de MORENA, dejo muchas lecciones para sus militantes y, para todos los que, por sus convicciones políticas se mantuvieron al margen. El propio Delegado Presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Morelos, César Raúl Ojeda Zubieta, condenó “las prácticas viciadas, anquilosadas, lamentables y vergonzosas” que marcaron gran parte del proceso de elección de consejeros distritales en la entidad y aunque las adjudico a “elementos ajenos” al partido, reconoció que “hubo muchas quejas de acarreos, de reparto de recursos o de despensas”.
En cada centro de votación, se distribuyeron de 36 a 40 mil boletas y, en el caso de Cuernavaca, se contó con 60 mil sufragios disponibles para la participación ciudadana; además de que se incrementó el número de escrutadores, para darle celeridad al proceso. Según cálculos iniciales, hasta 72 mil morelenses habrían participado en la elección: fundadores convencidos, ciudadanos agradecidos con la política de Andrés Manuel López Obrador, neomorenistas y miles de acarreados por financiados por una mano en el poder, que trajo consigo cientos de taxis y rutas a su servicio, con operadores políticos que se dieron el lujo de dejar olvidados a algunos de sus invitados al proceso, en colonias populares de Cuernavaca y hasta de repartir despensas, tortas, Boing y, en los mejores casos, tamales con café y atole.
Con todo, hay que reconocer que el ejercicio fue impactante.
De todos los distritos, fue el segundo Distrito, el más competido del estado y dónde tiene el Movimiento de Regeneración Nacional, la mayor presencia en todo el estado de Morelos. El número de votantes, así lo avalan. Ahí es donde realmente se genera el mayor número de sufragios en cada proceso electoral, también de simpatías y animadversiones.
Es en el segundo Distrito donde se concentró el mayor número de votos a favor de los consejeros ganadores: Abigail Salazar Solorio y Quintín Barrera. También ahí es donde el edil de Jiutepec, Rafael Reyes Reyes, fue el más votado en el proceso interno, colocándose muy por encima de Rodrigo Arredondo, el alcalde de Cuautla y del edil de Jojutla, Juan Ángel Flores Bustamante. Está qué es una elección distrital, dejo muy en claro, quién tiene presencia mayor en cada una de las regiones.
Lo interesante de la elección de estos 50 consejeros morenistas morelenses --que habrán de sumarse a los 2950 que complementarán las 3000 sillas del Consejo Nacional-- es que ellos y ellas, de acuerdo a las negociaciones que se generen de manera interna, podrán determinar el futuro del partido.
Será el voto de estos hombres y mujeres de todo el país, el que definirá quién será el candidato a la presidencia de la República y quién llegara a la dirigencia nacional.En lo local, serán estos 50 consejeros morenistas los que definirán cuál será el perfil de MORENA en entidad para los próximos años. Más aún, ellos y ellas definirán quién será el candidato a la gubernatura.
En este proceso de elección de consejeros de MORENA no hubo vencedores ni vencidos, solo militantes de un partido, definiendo su futuro.
Muchose ha hablado qué el grupo político ligado a Rabindranath Salazar Solorio, conservó el control de MORENA, tras el proceso del pasado domingo. Se asegura que con 23 de los 50 consejeros vinculados a esta expresión, podrán hacer frente al grupo de Ulises Bravo, hermano de Cuauhtémoc Blanco; ese, conformado por funcionarios y familiares de los operadores políticos que desde el gobierno del Estado,“recibieron un empujoncito” para llegar al consejo partidista de MORENA.
No hay que perder de vista que en este proceso interno no solo se le permitió el acceso a Ulises Bravo a las filas de MORENA, sino a otros grupos y corrientes políticas independientes. Veamos:
Se reconoció en el listado de consejeros, agente afín al ex priista Amado Orihuela, a Luis Manuel Rodríguez, líder sindical y a otros más vinculados con él Sindicato Libertad y la CATEM(quiénes buscan ser protagonistas del nada oficial neocorporativismo de MORENA en Morelos); también, se le dio paso a expresiones de la izquierda, como al Movimiento Nacional de la Esperanza (MNE) que a nivel nacional encabeza Rene Bejarano y que, a través de la regidora con licencia del ayuntamiento de Cuernavaca, Paty Torres, mostró poder. Aún en cama, Paty Torres demostró su capacidad de movilización.
Tampoco hay que minimizar a los fundadores del partido, que están aglutinados en las denominadas “Las Bases de MORENA” y que, sin más recursos que el poder de convencimiento de su trayectoria como militantes, convencieron a sus compañeros de votar por ellos.
Lo interesante del proceso de MORENA, no es quien llego a ocupar la plaza de consejero distrital; lo interesante será --de aquí en adelante--, el conocer cómo se agrupan las expresiones y las corrientes, conforme a sus intereses individuales o de grupo y, hay que decirlo, hasta los intereses económicos para darle forma a ese instituto político. Habrá que ver, lo que deciden los ahora consejeros y como se dan las negociaciones al interior. La pulverización de MORENA, tras el proceso del domingo, hace obligatorio aplicar la capacidad de negociación para avanzar en los acuerdos.
A partir de ahora, estaremos viendo un ejercicio “a prueba de balas”, en dónde veremos quién resiste los cañonazo$$$ qué de por medio pueden presentarse. Habrá que ver, sí a la gran mayoría de los militantes de MORENA que fueron electos como concejales este fin de semana, les interesa realmente rescatar su partido y o alinearse con la irrupción de grupos vinculados con el gobiernode Cuauhtémoc Blanco, bien les valdría ponerse de acuerdo entre ellos, porque solo así, esa frase de “uno para todos y todos para uno”, pudiera prosperar. Al tiempo.
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