Por los tiempos que vivimos, cuando la violencia se enseñorea en todos los espacios y más cuando ésta sale de los salones de palacio nacional en un programa no de información sino de agitación y que por desgracia encabeza Andrés Manuel López Obrador, presidente de todos los mexicanos, nos guste o no. Hago oportuno el momento para rendir homenaje a una ilustre maestra, filósofa, catedrática de la UNAM, que entre sus muchos libros menciono El Hombre Pentafásico,(Hombre de cinco caras), pero cuando nos encontramos que AMLO, quiso ser Miguel Hidalgo, luego, José María Morelos y Pavón, después Benito Juárez, luego Francisco I. Madero, finalmente Lázaro Cárdenas del Río, pero después del baño de la pobreza centroamericana y del caribe el hombre regresa con la idea o el propósito de unificar a todos los pueblos americanos y ahora se siente Simón Bolívar, y para que no haya duda se echa una sopita con JoeBiden, el hombre hoy por hoy más poderoso del mundo y todo porque nuestro señor presidente que agarra parejo, quiere que en la Cumbre Americana, se invite a sus homólogos, amigos y ojalá en el futuro no sean sus compinches, aunque esos gorilas son antidemocráticos, se sostienen en sus gobiernos envileciendo a sus países, asesinando a los que les estorban y ahora traficando con personas, como lo hace Cuba enviando médicos no sólo a México sino a varias partes del mundo y con ellos la doctrina anticuachona de un socialismo trasnochado que sólo los Castro y compañía se la creen. Lo que realmente quisiéramos es que en México se pare la ola de sangre que por un mal entendido respeto a los derechos humanos, se dice en la mañanera, “los delincuentes también son seres humanos y tienen derechos” pero ¿y todos los huérfanos, las viudas, las madres que han perdido a sus hijos, los que salen a las calles a pedir o exigir justicia sin que nadie los atienda? Todos estos qué, y todos los que vivimos con el Jesús en la boca, qué, por si fuera poco, alguien le debiera recordar al Señor, que con la dignidad de las personas no se juega, porque si Él, es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, su primera obligación en cuidar a sus subordinados que los ha hecho desde burócratas hasta maistros de plomada y cuchara. Los hombres y mujeres que forman parte de las fuerzas castrenses, tienen, por Ley otras obligaciones, pero por lealtad y obediencia de los mandos medios e inferiores se disciplinan, pero los Generalotes que por cuidar su comodidad y sueldos, también maltratan a los que tienen como misión cuidar de la soberanía de la Patria. Hay conductas del presidente que no pueden pasar como anecdóticas, por ejemplo, la semana próxima pasada, López Obrador hizo la mañanera en los dominios de Doña Claudia, el presidente decidió ir caminando, por lo que tenía que atravesar la Plaza de la Constitución, la gente que cuida de la seguridad del primer mandatario, para que nadie lo molestara cerraron todo el primer cuadro de la ciudad, esta actitud ¿cómo se llama? En el afán de cumplir con sus compromisos personales no tiene ningún empacho de, de nueva cuenta, para agredir, insultar y menospreciar a la que se considera una de las mejores instituciones educativas y culturales en el mundo, nuestra Alma Mater, la Universidad Nacional, todo porque le dicen, antes de traer y pagar en dólares a médicos, que no vienen, los mandan, pero que desplazan a profesionales de la medicina que una vez fueron declarados héroes nacionales y luego les dieron una patada en el trasero y a otra cosa mariposa. Los morenistas han caído en una mezquindad que olvidan primero respetar a quien hace que México brille en el extranjero, como es el caso del maestro, historiador y antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, que por su trabajo y entrega en la investigación se hace merecedor del Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales; del presidente no mereció ni una mención mucho menos una felicitación, y de un arrastrado senador de Morena recibió lo de siempre, denostación, menosprecio e injuria, lo califican de fifí, corrupto, neoliberal, esa actitud dice por si sola de callejeras, de igual manera responde a quienes le recuerdan que no es el favorito, olvidando que de entre muchas definiciones de política no debe olvidar “que es el arte de comer caca sin hacer gestos”. Es la conducta de los funcionarios primer nivel y son los que dan la cara a la prensa extranjera, pero como se dice, “Sea por Dios y venga más” que si algo tenemos los mexicanos es que somos aguantadores como pocos. ¿Alguien lo duda? Aguantamos hasta el hambre. HASTA LA PRÓXIMA.
*IR