Acuíferos de Morelos, presas para almacenamiento subterráneo

Opinión

Si bien existe una aceptación generalizada sobre la importancia de los recursos hídricos subterráneos, especialmente en lo que se refiere al abastecimiento urbano, industrial y agrícola, aún existen actividades humanas que generan impactos negativos sobre los mismos.

La falta de políticas de zonificación, planificación y ordenamiento territorial provoca la impermeabilización de áreas de recarga natural y concentra el caudal superficial de agua, generando problemas como avenidas e inundaciones.

Asociada a la falta de recarga, provocada por la impermeabilización, subsiste la sobreexplotación de las aguas subterráneas que pueden provocar el agotamiento del recurso, haciéndolo inviable para su posterior aprovechamiento.

La búsqueda de fuentes de agua más confiables, impulsada por el déficit en el suministro de agua, genera una explotación desmedida de los acuíferos.

Esta súper explotación, asociada a un desequilibrio con el proceso de recarga natural, el cual, al ser insuficiente, pone en riesgo de provocar reducciones elevadas en la potenciación de los acuíferos.

Es importante hacer notar que la sobreexplotación reduce la disponibilidad de agua del acuífero y aumenta su vulnerabilidad a la contaminación de las capas superiores.

Es necesario implementar metodologías que preserven el acuífero, recuperen sus niveles de presión y repongan paulatinamente los volúmenes extraídos en los últimos años.

Una alternativa que se ha adoptado en áreas con escasez de agua, recientemente aplicada en la ciudad de León Guanajuato, por el SAPAL (Sistema de Aguas de León), es el uso de aguas residuales, ríos o lluvias para recarga artificial.

Los científicos plantean y me parece es la mejor opción para Morelos, usar los acuíferos como presas subterráneas.

Esto a través de la recarga artificial de acuíferos con agua de lluvia, las cuales, además, sería útil para aliviar los problemas de drenaje urbano.

Las lluvias de alta intensidad tienden a generar inundaciones, siendo gradualmente drenadas. Con esta opción, parte de estos volúmenes que se perderían constituirían aportes adicionales al acuífero.

La recarga artificial puede ser intencional o no planeada. La recarga no planeada ocurre con la disposición incorrecta de efluentes en fosas sépticas no impermeables, infiltraciones en rellenos sanitarios y campos excesivamente regados, escurrimientos superficiales de áreas urbanas, rupturas en los sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado u otras fugas.

La recarga planeada o intencional se refiere a la introducción de agua al acuífero, ya sea directamente a través de pozos de inyección o indirectamente a través de balsas o cajas de infiltración.

El objetivo es aumentar la disponibilidad de los recursos hídricos subterráneos, mejorar la calidad del agua, restablecer el nivel freático y nuevas condiciones de equilibrio y reducir los escurrimientos superficiales.

Podríamos utilizar agua de ríos y lagos, aguas residuales de plantas de tratamiento y agua de lluvia y escurrimientos.

Los acuíferos subterráneos son, en diferentes niveles, retroalimentados a través de zonas o áreas de recarga, o directamente, a través del riego o la precipitación, lo que, eventualmente, puede resultar en la contaminación del agua.

La ingeniería de recursos hídricos debe brindar soluciones, con el objetivo de aumentar la disponibilidad de agua y, eventualmente, solucionar problemas localizados para la tecnología de recarga artificial, utilizando efluentes debidamente tratados.

Esta modalidad de recarga de acuíferos está dirigida a los siguientes objetivos:

-Proporcionar un tratamiento de efluentes adicional, -Aumentar la disponibilidad de agua en acuíferos potables y no potables,

-Proporcionar depósitos de agua para uso futuro,

-Prevenir el hundimiento del suelo.

La infiltración y paso lento del agua a través del subsuelo y rocas porosas, de los efluentes tratados se beneficia de la capacidad natural de biodegradación y filtración del suelo, proporcionando un tratamiento in situ y permitiendo, según el tipo de efluente considerado, los métodos de recarga, las condiciones hidrogeológicas y los usos previstos, en suma, eliminar la necesidad de sistemas de tratamiento avanzados.

Además, los acuíferos subterráneos constituyen reservas naturales y elementos de transporte de los efluentes tratados.

Algunos usos del agua, que tienen una demanda estacional, requieren grandes presas para el almacenamiento o métodos alternativos de descarga durante los períodos de baja demanda.

Estas presas, además de demandar grandes áreas de instalaciones y ser económicamente inviables, están asociadas a pérdidas por evaporación, proliferación de algas y deterioro de la calidad del agua que almacenan.

Estas presas subterráneas funcionan como sistemas de distribución natural, eliminando los costos de transporte de los efluentes tratados.

El hundimiento del suelo, definido como “descenso o hundimiento del suelo causado por la pérdida del soporte subyacente”, es un problema relevante en áreas donde hay un bombeo excesivo de los acuíferos.

Los acuíferos convertidos en presas subterráneas, pueden ser de doble beneficio para algunos municipios que los utilizan para el abastecimiento público.

La creciente reducción de la recarga natural, debido al aumento significativo de la impermeabilización de los suelos urbanos, ha venido provocando el descenso de los niveles freáticos en zonas de gran demanda. La posibilidad de recarga artificial con aguas residuales tratadas, a través del sistema de tratamiento de suelos, podría, además de permitir la disposición adecuada de los efluentes domésticos, contribuir al mantenimiento de los mantos freáticos, facilitando también el abastecimiento público.

La recarga artificial de acuíferos con agua de lluvia es una herramienta importante para la gestión de los recursos hídricos, especialmente en lugares con problemas de sobreexplotación e impermeabilización de las zonas de recarga. Debe aplicarse junto con las medidas de concesión, gravamen y control de la explotación de la tierra.

Además de revertir los problemas de sobreexplotación, actúa en el control de las aguas de escurrimiento superficial.

Solo se debe tener muy presente que se debe tener cuidado, con la calidad del agua a utilizar para evitar la contaminación del acuífero.