El reto de la Justicia en materia laboral
Quienes nos dedicamos al litigio, particularmente en materia laboral, nos topamos a diario con obstáculos que hacen que los juicios laborales no solamente sean muy lentos, sino también, si se obtuvo un laudo favorable sea muy difícil o casi imposible cobrarlo.
La secretaria del Trabajo federal, Luisa María Alcalde señaló en Febrero de este año que en materia federal hay un rezago de medio millón de expedientes de juicios laborales que se encuentran todavía sin ser ejecutados. Por otro lado, José Luis Rodríguez, secretario del Trabajo de la Ciudad de México, también afirmó que en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la capital se tienen alrededor de 140 mil expedientes rezagados, teniendo casos que tardan en resolverse hasta 6 años y hay algunos que llevan hasta 10 años.
En diversa estadística oficial del Gobierno Federal señala que en promedio un juicio laboral tarda 4 años en resolverse, esto es, solamente para obtenerse en el modelo anterior un laudo o sentencia final.
Sobre las causas de dicha demora encontramos diversos factores, primero de los abogados: diferimientos excesivos, abuso excesivo de incidentes, amparos, recursos en ejecución etc. Segundo, de las Juntas de Conciliación y Arbitraje: saturación de expedientes, poco presupuesto y personal, fechas lejanas etc. Factores que hacen que los trabajadores y patrones realmente cuestionen con mucha razón lo que hacemos a diario todos los operadores jurídicos del sistema laboral.
Muchas de las herramientas que usamos los litigantes para “acelerar” dichos juicios es el amparo indirecto por denegación, que implica acudir a un Juez Federal para que éste “presione” a las Juntas para que tramiten y resuelvan dichos juicios en términos como lo dice la Ley, esto lo más rápido posible. En lo personal, pareciera algo absurdo que tenga que tramitarse otro “juicio” para que eso obligue a la autoridad a cumplir con lo que dice la Ley, sin embargo, a veces no tenemos otra opción. En el fenómeno antes explicado cabe señalar que nuestro Estado forma parte del XVIII Circuito Federal, lo que dichos amparos y la inherente carga de Juntas han provocado que tengamos 10 Juzgados de Distrito y 2 Tribunales Colegiados especializados en materia de Trabajo. Se me ocurre que crear más tribunales atiende a una necesidad, sin embargo, ¿por qué no haber invertido más presupuesto para abatir el rezago y así resolver la causa?
Un ejemplo paradigmático y probono que he tramitado es el caso del señor Albino Campos Ortega vs. Cristian Marcelo Rougier, radicado ante la Junta Especial Número 31 de la Federal de Conciliación y Arbitraje con sede en este Estado de Morelos y con número de expediente 1245/2014. El mismo surge por la lamentable muerte de su hijo en un accidente de un ultraligero propiedad de dicho demandado que estaba volando en Teotihuacán, estado de México. Pese a diversas maniobras para eludir sus responsabilidades patronales, finalmente se obtuvo un laudo a su favor, sin embargo, hasta la fecha dicha familia no ha percibido sentido alguno de justicia ya que, pese a que la vida de hijo es invaluable, no se ha podido cobrar dicho laudo, nuevamente pese a diversas argucias para no hacerlo.
Con el nuevo de justicia laboral se pretende una mejora en los tiempos de impartición de justicia, se ha garantizado que no durará un juicio más de 6 meses, sin embargo, debemos hacer un mayor esfuerzo en su éxito.